miércoles, 6 de noviembre de 2013

Turismo sexual por Internet...

Por: Sarai Leetch

Redes sociales, buscadores de información, portales sexuales, entretenimiento, diversión, identidades ocultas, peligro, falsedad y mucho más es lo que encontramos en esta nueva herramienta de comunicación mejor conocido como Internet. La tecnología hoy en día se ha convertido en una nueva moda para las personas, en una nueva forma de entretenimiento y acercamiento social. Un medio por el cual los jóvenes y niños buscan información, una nueva forma para pasar el rato. ¿Pero qué hay detrás del Internet?...

La realidad es espantosa y abrumadora, catastrófica tal vez, el Internet no es más que un mundo amarillista y enmascarado que oculta un gran peligro para las personas, si bien se ha convertido en un nuevo medio de comunicación liberal donde la opinión de las personas es lo que sobresale, también se ha convertido en la nueva puerta a la delincuencia. Y es que los seres humanos más vulnerables sea han vuelto el blanco para personas sicópatas y maliciosas. Los niños por ejemplo, hoy en día poseen la libertad de entrar a este nuevo medio de comunicación peligroso, padres que no miden las consecuencias de tan aterradora acción, y es que gracias a las redes sociales personas pedófilas tienen un mayor acercamiento a los hijos. Muchos casos y se han presentado en el mundo, desde niñas secuestradas, ultrajadas y hasta bulleadas. Y es que padres no miden el peligro que asechan a sus hijos por darles la libertad de navegar en un mundo como el Internet  donde pueden encontrar violencia y pornografía explicita.

Por ello es que en Holanda se implemento durante un tiempo, un nuevo experimento que ayudo a contrarrestar estas actividades pedófilas, Sweetie era una trampa para atrapar pedófilos en Internet, una trampa para desenmascarar a todas aquellas personas pedófilas que navegaban por Internet buscando victimas. El “experimento” ha estado funcionando únicamente durante 10 semanas y durante este tiempo han sido detectadas más de 20.000 personas interesadas en la relación pedófila, repartidas por 71 países de todo el mundo y de todas las condiciones sociales.
El experimento “Ha consistido en la creación de una niña virtual que, aunque realmente era una animación, aparenta ser una niña real de 10 años con rasgos asiáticos y de origen filipino. La niña aparecía en chats y páginas frecuentadas por individuos que buscaban estas relaciones y entablaba conversaciones con adultos. Enseguida las conversaciones se subían de tono y muchos usuarios le pedían que se quitara la ropa y que empezara con acciones de tipo sexual.”

Los investigadores por otro lado se abrumaron de sobremanera, debido a la cantidad de personas que visitaba el portal en donde dicha “Niña” se hacía presente, por lo que no fueron capaces de registrar a todos.


Imaginen una persecución dentro de Internet  en donde los policías en este caso son todos aquellas personas enfermas sexualmente que asechan al delincuente, que en este caso son representados por los niños menores de edad que visitan las redes sociales. Una persecución que enciende sirenas rojas de peligro, en donde los policías engañan a los delincuentes “inocentes” y los hacen caer en una trampa, una trampa que con el tiempo se vuelve imborrable.  


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