Una infancia nunca recuperada...
¿Qué es lo que nos hace humanos? ¿Qué separa al hombre de la bestia? ¿Es acaso la apariencia humana? ¿Es el caminar erguidos? ¿Es acaso el lenguaje?
Imagina vivir en un mundo de cuatro paredes blancas, atado(a)
a una silla orinal la mayor parte del tiempo, en donde el único contacto con la
humanidad es el de tus padres e incluso, tengas que depender de ellos para
comer, y que cuando intentes hacer el menor ruido o intento por emitir algún
sonido vocal seas golpeado(a). Y lo más doloroso aun, que tu padre sea el
culpable de ese aislamiento, de esa denigrante forma de vivir, que sea él, el
que te mantiene viviendo en esa forma tan precaria durante 10 años.
¿Parece un sueño no? ¿Una historia macabra? ¿Una pesadilla?
Si, una pesadilla verdadera, la pesadilla que vivió Genie
Wiley, apodada “La niña salvaje” debido a la falta de aprendizaje que
presentaba. Cuando fue encontrada y rescatada se noto inmediatamente su extraña
y comprensible actitud: su modo de andar no parecía humana, estornudaba,
rasguñaba y escupía la mayor parte del tiempo. Y es que Genie nunca tuvo una
vida ni mucho menos una infancia humana. Durante esos años jamás tuvo contacto
con la humanidad, ella estaba sola, excluida por su padre.
El caso de “La niña salvaje” atrajo la atención de varios
científicos e investigadores de California, lo que provoco la rápida
investigación a la que estuvo expuesta, dicha investigación y documentación del
caso fue nombrado como “GENIE” (Nombre que le pusieron a la niña también).
Estados Unidos vio la oportunidad de estudiar uno de los casos de niños
salvajes más susceptibles de ser documentados y medidos, por lo que asignó
recursos especiales a la investigación de Genie.
Gracias al apoyo que le dieron a Genie, ella pudo desarrollar
el lenguaje poco a poco, aprendió incluso a vestirse por ella sola, a comer
incluso. David Rigler y su esposa Marilyn, quienes se enfocaron ante todo en
enseñarle cosas prácticas más que la observación de sus hábitos. Un hecho
importante en el caso fue sin duda cuando Genie pudo hablar acerca de sus años
de maltrato:
Marilyn Rigler: ¿Dónde te quedabas cuando estabas en casa?
¿Dónde vivías? ¿Dónde dormías?
Genie: Silla entrenadora.
Marilyn Rigler: ¿Dormías en la silla entrenadora?
Genie: Ajam. Silla entrenadora.
Pero… ¿Y el padre? Él era el salvaje, la bestia, y es que no
se justificaba con el hecho de que su hija tal vez fuera de lento aprendizaje
cuando nació y por eso la condeno a una vida infame. ¿A caso eso sí es ser
humano? Encerrar a tu hija durante 10 años por temor a ser vista por la sociedad,
mantenerla aislada de un mundo para dejarla vivir en una pesadilla.
El mundo había descubierto a Genie, y ahora era ella quien
descubría el mundo.
¿Por qué vemos lo que estamos viendo?
La humanidad está cambiando tanto, que ahora ya no podemos
distinguir a los animales de las bestias ni de los humanos, la vida es tan
hermosa, pero lamentablemente, poco a poco se está inundando de basura, de
personas sin corazón, de personas con prejuicios, de personas sin amor, sin
moral. Una humanidad que daña a los más débiles.
Basada en la información presentada en el siguiente documental:
Por: Sarai Leetch
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