miércoles, 11 de septiembre de 2013



Un minuto de   silencio…


Por: Sarai Leetch

Hace 12 años se esfumo la vida de tres mil víctimas y más de seis mil  viviendo atormentadas por el recuerdo de una mañana catastrófica. Y qué decir de los familiares de aquellas personas inocentes que se vieron involucradas en uno de los desastres más impactantes del mundo, ¿Cómo aprender a vivir sin un ser querido? ¿Cómo aprender a vivir con el recuerdo? ¿Se puede acaso vivir con miedo?

Una mañana normal como muchas otras en los Estados Unidos, personas que se  despertaban con todo el ánimo de empezar un día magnifico, parejas  discutiendo, padres de familias atareados con sus hijos a un lado, caminando por las aceras, amas de casa dispuestas a empezar con su trabajo domestico, que ya era hasta monótono, taxistas esperando algún cliente en las paradas de las calles más transitadas, jefes molesto dirigiendo a sus empleados en las actividades diarias,  niños con esa sonrisa inocente en sus rostros que te dicen que en el mundo vale más la felicidad que el dinero. Personas que solo tuvieron la mala suerte de salir de viaje  ese preciso “día”. 

¿Quién diría que todo eso cambiaría en cuestión de minutos? ¿Cómo saber que en la humanidad existían personas tan desquiciadas? ¿Podría la crueldad arruinar a tantas personas? ¿Tenían derecho a caso de privar a las personas de sus vidas? ¿Era cuestión de suerte? Tal vez, solo tal vez, eran los elegidos de morir ese día.

Solo bastaron tres aviones,  tres lugares en donde estrellarlos, para matar a tres mil personas y dejar a muchas más heridas. Es tan difícil creer que siendo la especie capaz de razonar y pensar, puedan existir personas que cometan tantas atrocidades.  
A los atentados se les denomino inmediatamente como, horrendos ataques terroristas, por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estos atentados fueron caracterizados por el hecho de utilizar aviones comerciales como armamento.

Cuatro aviones de pasajeros fueron secuestrados en ruta hacia el estado de California desde el Aeropuerto Internacional de Boston, el Aeropuerto Internacional Washington-Dulles y el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark. Los cuatro aviones tenían como destino el estado de California, los tres primeros aviones hacia Los Ángeles y el último avión a San Francisco. Los dos primeros aviones impactaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center, el tercero contra el Pentágono, en el Condado de Arlington, cerca a Washington DC, y el cuarto en campo abierto en Shanksville, Pensilvania.

Aun con miedo, muchos de los tripulantes de los vuelos pudieron llamar a familiares y amigos mediante sus teléfonos celulares, ellos aun no imaginaban en que acabaría todo aquello. Al menos esas personas pudieron decirle algo a las personas que querían, aun escucharon su voz, una última vez.

Los sucesos se dieron de la siguiente manera:


  •    08.46.30: el vuelo 11 de American se incrusta por completo en la Torre Norte del World Trade Center (WTC).
  •     09.02.59: el vuelo 175 de United embiste la Torre Sur del World Trade Center. El suceso es cubierto en directo por diversas cámaras de televisión que enfocaban a las Torres Gemelas a causa de la densa humareda que surgía de la Torre Norte.
  •       09.37.46: el vuelo 77 de American se estrella contra el Pentágono.
  •       09.59: se derrumba la Torre Sur.
  •  10.03.11: el vuelo 93 de United cae en campo abierto en Shanksville, Pensilvania. Al parecer, se habría producido una lucha de la tripulación y los pasajeros con los secuestradores para retomar el control del aparato.
  •      10.28: cae la Torre Norte.
  •      17.25: se derrumba el edificio 7 de 47 pisos del World Trade Center.

Un acto terrorista que dejo un miedo envolvente en los Estados Unidos, que dejo a hijos sin sus padres, a padres sin hijos, a esposas (os) viudos (das), un recuerdo que se  vive año con año, en donde los seres queridos de las personas fallecidas se reúnen en la zona donde se vivió este desastroso hecho.

Yo aun recuerdo a las personas llorando con impotencia frente a  cámaras de televisión, periodistas amantes de su trabajo aventurándose por cubrir la nota, bomberos gritando desesperados, corriendo de un lado a otro tratando de salvar vidas, evacuando a las personas. Taxistas ayudando a personas heridas, todos ellos con rostros de tristeza, de agonía, de desesperación, de miedo, de frustración, llantos que te calaban el corazón, llantos que te provocaban el propio.


Hoy 11 de septiembre de 2013, pido un minuto de silencio por todas esas personas inocentes que se esfumaron del mundo. Hoy quiero agradecer a todas aquellas personas también que ayudaron a salvar muchas vidas. Hoy les digo a todas las victimas que se recuperaron, que sigan luchando contra el peor recuerdo de sus vidas, que no se dejen vencer. Hoy les brindo mi apoyo a todos los familiares que perdieron a sus seres queridos.


Acontecimientos basados en la siguiente información:

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